PM: ¿DIRNOS QUIEN ERES Y DE DONDE VIENES?
LA RUTA DEL SABOR: Mi nombre es Carlos Ramos, Puertorriqueño de 29 años, Chef y Propietario de La Ruta Del Sabor y mejor conocido como el de la sazón de la abuela, el gallito de la amapola por nuestro logo en Facebook. Soy orgullosamente nacido y criado en donde hasta las piedras cantan, ciudad del atlántico Aguadilla, Puerto Rico. Pero si le preguntas a Rosa la del Palo, ella diría que soy un “Domiriqueño”. Horita entenderán.
PM: ¿CUÁNDO DESCUBRISTE TU TALENTO EN LA COCINA?
LA RUTA DEL SABOR: Les comparto un poco de mi historia personal, el nacimiento de un negocio y cómo Dios cambió mi vida a través de lo que me apasionaba con un talento que no sabía que portaba. Desde muy pequeño observaba mi abuela Santa y mi abuelo Papucho de parte materna ambos Dominicanos porque somos dos pueblos hermanos por eso también llevo sangre Dominicana. Recuerdo verla cocinar todos los días exclusivamente a través del tacto y el olfato midiendo con sus dedos probando la comida a cada segundo ya que ella es no vidente. Eso me marcó y aún ya de mayor siempre me pregunto cómo era que sus comidas siempre quedaban en su punto perfecto que aun yo teniendo la dicha de poder ver aun no logro replicar sus recetas. Fue ahí donde entendí el dicho que dice que el amor entra por la cocina. Recuerdo a Papucho con su famosa sambumbia de paloma como él le decía jocosamente y se acompañaban con yaniqueques, una sopa afrodisíaca que por su olor hacía que todos salieran de la casa, pero para él era su forma de mantenerse saludable.
Del pueblo de Moca PR del lado paterno recuerdo ver una abuelita Milla confeccionando hígado encebollado’ el gustito alto en hierro” como de cariño decía mi abuelo Carlos Junto a un plato de arroz guisao’ con bacalao’ y para mí en aquel entonces su único nieto unos platanutres de guineo verde recién cortao’ de la tala por abuelito galo.
Es por aquí donde ya se habían despertados esos deseos en mi por la cocina, ver como a través de ella se brindaba un amor genuino que difícilmente otra cosa podía replicar el mismo.
PM: CUÉNTANOS SOBRE TU VIAJE DESDE WENDY’S A MOFONGUERO
La Ruta del Sabor: A los 16 años llegó a la ciudad de Orlando Florida y me sumo a la diáspora junto con mi madre y dos hermanos pequeños buscando un mejor porvenir. Para aportar en algo comencé tomando 8 guaguas públicas al día para llevar a mis hermanos a sus respectivas escuelas, 4 para ir y 4 de regreso mientras ella laboraba, pero el dinero no alcanzaba. Es entonces donde veo una oportunidad de ingreso extra frente a donde residíamos en un Wendy’s y decido aportar trabajando en las noches en dicho lugar. Yo era menor de edad y no otorgaban trabajo a menores en ese tiempo, pero tenía algo a mi favor y ese era mi diploma de 4to año y gracias a ese diploma logro obtener mi primer trabajo.
Desde ese primer día de trabajo entrando la hora del ”rush” pude confirmar la pasión que sentía desde pequeño por la cocina y es que ese ambiente parecido a una sinfonía orquestada donde se mezclan los olores y el tiempo pasa desapercibido fue una adición instantánea que sabía ninguna otra rama de trabajo iba a poder cautivarme i lograrme sumergir en él por el resto de mi vida. En cuanto al título de chef pues más bien es un título otorgado por una universidad culinaria pero el costo de este con el sueldo mínimo de un restaurante de comida rápida no era una opción viable para mí. Así que el mío, aunque no me fue dado por un profesor, me lo gane en las mejores escuelas, como diría un buen boricua a sudor y a pulmón en distintos campos de batallas, en el calentón de la cocina.
Al pasar las semanas llega el día en que se me acerca el gerente junto a mi primer cheque de trabajo y es ahí donde tuve que confesar una verdad. Tenía 4to año de estudios, pero solo 16 años y ahí mismo culminó lo que para mí fue primer amor real por la cocina.
Hablando de amor real a los pocos meses cumpliendo 17 años decido ir a
Puerto Rico donde dejo un amor al emigrar a los Estados Unidos. Decidí casarme con quien sigue siendo mi esposa ”La amapola en nuestro logo la representa a ella”. Regresamos juntos a la Florida por unos cortos 6 meses. Luego emprendemos hacia la ciudad de Reading, PA en el 2012 y ahí comienza otra historia. Empezamos como muchos trabajando en fábricas a través de agencias de trabajo, luego mi esposa se hace una profesional en el campo médico y yo cansado de ver esa pasión por la comida morirse en trabajos que solo me dejaban dinero, pero no esa felicidad que me marcó esa primera cocina en 2012.
Decido entonces lanzarme al mundo culinario y perseguir esa pasión que había dejado morir. Aplicó a un restaurante italiano y es cuando entro a al verdadero campo de batalla un mundo diferente donde apenas entendía las instrucciones que se me daban debido a su lenguaje, pero fue ahí donde nuevamente volvió esa chispa y revivió la pasión por la cocina. Aprendí el mundo de las pastas frescas, sobre las masas enormes para pizzas, manejar el fuego de un horno de leña y quedé enamorado. Pasó el tiempo y sediento por más sabiduría entró al mundo de la comida Libanesa, Japonesa, Mexicana y un sin número de otro tipo de restaurantes. Ya la chaqueta subía cada vez más de rango y llena de destrezas culinarias. Llega el año 2017 con mucha sabiduría culinaria pero lleno de costumbres adoptadas por una vida mal equilibrada en dicho ambiente laboral. Llegaron las noches largas limpiando cocinas, amistad con dueños de restaurantes, barras abiertas llenas de alcohol gratis ilimitado al culminar las noches, las drogas y el sobrepeso. El mundo parecía ser una gran fiesta, pero todo conspiraba a favor de mi fracaso. Ese mismo año vi nacer a mi primogénita y dije esta no es la vida ni el padre que quiero para su vida. Junto a mi esposa tomamos la decisión de mudarnos a Puerto Rico ya que mi vida iba en espiral y parecía llegaría al punto de tocar fondo si continuaba en ese mundo.
Llegamos de vuelta a nuestro pueblo natal de Aguadilla PR acogidos por mis abuelos paternos juntos a nuestra hija de solo varios meses de nacida. La chaqueta llena de victorias culinarias, pero en lo personal sintiéndome vacío y derrotado. Dentro de mi depresión logro salir a laborar nuevamente a un restaurante criollo como Mofonguero pero los $7.25 del salario mínimo no eran suficientes pues ya éramos tres. Entre malos hábitos y choques de ego con otros cocineros cobro mi primer cheque de $200 y junto a él unas palabras que me lanzaban a una próxima prueba, ¡estas despedido!
Dije yo ahora quien me saca de esta posición de incertidumbre, depresión y supuesta derrota. Entre llantos mi abuela paterna y mi segunda madre me impulsa a salir de mi depresión y hacer lo único que sabía, cocinar. Recuerdo ambos frente a una computadora escribiendo un menú de entregas para cada día de la semana a $5 el plato con botella de agua. Intentamos trazar una ruta para hacer las entregas y ahí mismo surgió la pregunta, ¿Cómo se llamará el negocio? y Bingo!! Le llamaremos La Ruta Del Sabor, y ahí nace un emprendimiento.
Teniendo la parte fácil faltaba lo más importante, los clientes. Mi esposa le surge la idea de imprimir el menú de esa semana y colocarlos en los carros estacionados en una iglesia. Recuerdo que al terminar de repartirlos le comento a ella, qué tal si vamos este día a la plaza del mercado del pueblo a repartirlos directo a las personas y de seguro habrá mucha gente. Llegó el día y ahí íbamos con una beba cargada en la espalda en un portero bajo el sol candente de 90 grados confiando en nuestra propuesta de comida, bebida y entrega gratis a todo un pueblo por solo 5 dólares. Cómo íbamos a lograrlo era la pregunta constante pues parecía ser semejante hazaña contando simplemente con una idea y un pedazo de papel. Con aquel último cheque de trabajo invertimos, pero nos faltaba en donde pudiéramos cocinar para no ocupar la única estufa de la casa. Ahí me comenta mi esposa sobre dos hornillas de gas que había visto de esas que se usan en casos de emergencias dentro de un rancho de su abuelo nonó. Ya teníamos dónde comenzar.
Al llegar a la famosa marquesina donde emprenderíamos mi abuelo Carlos me lleva a donde un señor soldador a construirle una mesa a la medida a aquellas simple dos hornillas. Llega el primer día un Lunes 12 de junio de 2017 lo recuerdo como si fuera hoy, pastelón de papa, ensalada verde y pan con ajo. De repente el teléfono no para de sonar, “Si buenos días, ¿La Ruta Del Sabor entrega para dónde?” Ahí empezó otra dificultad, necesitamos dividirnos en dos carros por que la ruta se estaba extendiendo cada día más. Así pasaron las semanas recibimos llamadas de universidades, oficinas médicas, correo, hasta empleados de restaurantes y más familia y amistades que también llegaban aquella famosa marquesina llamada La Ruta Del Sabor. Dentro de muy poco tiempo ya teníamos una casa paralizada, ambos carros en uso, mi esposa contestando un celular y mi abuela en otro, mi papá se iba solo hacer las entregas mientras yo me quedaba cocinado, mi abuelo salía de carreras en busca de más mercancía y mi tía Yeyi que llegaba caminando cuidaba de nuestra hija de cinco meses.
Cuando al poco tiempo de ver todo un andamio familiar soltar sus rutinas y apoyarnos tristemente llega el huracán Irma seguido del huracán María. Las dos hornillas vuelven al rancho y mi esposa ante la incertidumbre decide regresarse a Pennsylvania donde poco tiempo después la Isla queda totalmente a oscuras y des comunicada.
De ver la luz al final del túnel todo se tornó oscuro en modo supervivencia con comida militar haciendo filas de días por solo $20 de gasolina y dos galones de agua diarios por persona. El primer día después de María recuerdo muy bien otro fuerte ataque a mi vida, mientras iba en una bicicleta con un galón de gasolina en cada mano sufro una caída donde uno de los galones de gasolina explota en mi rostro y pierdo la vista momentáneamente y me pasa toda la vida por la mente pues nadie quería darme de su apreciada agua para lavar mis ojos. Cansado, sintiéndome rendido una vez más escucho en la radio que restablecieron funciones en los aeropuertos, entonces decido regresarme a Pennsylvania junto a mi esposa e hija.
Pasado dos años en el 2019 llega nuestra segunda niña a nuestras vidas y temiéndole a la experiencia de ese pasado donde el mundo nocturno de la cocina me influenciaba y las noches eran una fiesta decido volver a retomar lo que un día en una marquesina de Aguadilla fue La Ruta Del Sabor. Ese lugar seguro lleno de apoyo familiar donde somos dueños del tiempo y en vez de ser influenciado por el mundo servimos como influencia a través de nuestra fe, y un testimonio lleno de perseverancia que también dio a luz a otro emprendimiento azucarado que me complementa en la cocina llamado ”Dulce Ruta” donde mi esposa confecciona hermosas mesas, son coloridas de frutas y charcutería, postres típicos puertorriqueños fon masa de hojaldre.
Hemos sido fortalecidos en Dios y ya ningún cambio atmosférico nos hace tambalear. Le entrego mi vida a Jesús y hoy por hoy podemos decir Ebenezer hasta aquí nos ha ayudado Dios.
PALO: ¿COMO LOS CONSEGUIMOS?
LA RUTA DEL SABOR: Hoy contamos con casi 10k seguidores en nuestra página de Facebook La Ruta Del Sabor Reading P.A. Alcanzando la reacción de más de 400k personas en nuestras publicaciones.
Actualmente decidimos irnos un tiempo para Florida. Justamente cuando salga esta edición estaremos ya en Florida. Hasta hace uno días nos encontramos en la ciudad de Temple P.A. donde ejercitábamos como compañía de caterings sirviendo a la comunidad Hispana ese sabor auténtico 100% Boricua. Nuestra especialidad el arroz chino puertorriqueño. No estén triste porque andamos de tras de nuestros sueños y un mejor futuro para nuestra familia y sé que estemos donde estemos vamos a seguir triunfando.
En lo personal si de algo estamos seguros es que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, y dentro del emprendimiento nunca abandones sus sueños pues nos consta que el que se esfuerza y persevera tarde que temprano triunfa.
Esperamos nuestra historia puede ser de bendición o motivación para otros.
¡¡Bendiciones familia!! El Gallo y la Amapola
Rosa J. Parra
Fundadora y Editora
Palo Magazine