En este tiempo la edad se manifiesta de manera diferente. Antes una persona de sesenta años era considerada vieja. Hoy muchas personas de sesenta o más aun trabajan. Otras cuidan nietos o participan de actividades para personas mayores. La mujer y el hombre que trabajan desarrollan una actitud más independiente cuando llega a la edad del retiro. Muchos no tienen la expectativa de que los hijos tengan la responsabilidad de cuidarlos en la vejez. Saben que ellos tienen familia, trabajan y tienen otras responsabilidades.
Pero llega el momento en que las circunstancias de la vida nos ponen a prueba y tenemos que recurrir a los hijos para que nos ayuden. En ese momento debemos considerar la situación de cada uno de los hijos. No crear malestar entre ellos si unos pueden y otros no pueden cuidarnos. Hay muchos recursos que podemos utilizar para resolver las situaciones del diario vivir cuando la edad nos limita. La decisión de quien va a cuidar a los viejos es una muy particular de cada familia. Muchas veces los hijos desean hacerlo y no pueden por sus compromisos. Debemos de educarnos desde la perspectiva de que la responsabilidad de cuidarnos es de nosotros.
Nuestros hijos están para apoyarnos, darnos amor y comprensión. No debemos convertirnos en un estorbo para nuestra familia. Por el contrario, debemos de ayudarnos mutuamente para que esos últimos años sean llenos de paz y de recuerdos gratos.
Maria M. Garcia,BA, MA