Cuando llegué a Reading en 1989, estaba sin empleo y con la limitación del idioma. Si difícil fue la transición, más difícil fue el no tener ayuda de nadie durante ese proceso. Las puertas que toqué no se abrieron y la batalla fue cuesta arriba.
Pero no me di por vencida. Para conocer la comunidad me hice miembro de más de 15 Juntas de Directores. Fundéel grupo de baile folclórico RAÍCES. Junto a mi esposo formamos el grupo de Latinos en Acción. Teníamos un programa de televisión de educación a la comunidad Hispana. Llevamos a cabo campañas para registrar personas para votar y muchas otras actividades de ayuda a la comunidad.
En los empleos que tuve les di la primera oportunidad a muchas personas que hoy son profesionales en el área. Si podía ayudar a alguien o alguna causa, siempre estuve presente.Las dificultades que tuve no me dieron coraje o me hicieron inmune a lo que otros al igual que yo podían estar pasando.
Hoy estoy retirada y cuando recuerdo esos años siento una gran satisfacción. Es esa sensación de plenitud al saber que compartí con la comunidad mis logros. El saber que dejé huellas en el camino arduo y difícil que tuve que recorrer. Como escribió Antonio Machado, “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.Así fue mi historia y sé que hice la diferencia.
Si yo lo logré, tú también puedes. Anímate a trabajar en tu comunidad y haz la diferencia. La satisfacción que vas a obtener es eterna.
Maria M. Garcia, BA, MA